La enfermedad te transporta a un mundo autorreferencial en el que lo único que importa es el dolor o su ausencia. Pero, a la vez, exacerba la sensibilidad frente a lo de fuera, lo ajeno al cuerpo, permitiéndonos vislumbrar, en cierto modo, la belleza.
Depende de qué tipo de enfermedad se trate, lector, no sea ingenuo. La belleza se puede vislumbrar mucho mejor con buena salud si se sabe mirar, así que, hay que curar la enfermedad o evitarla, sacando ganas de las entrañas, de las tripas; no hay que esperar a padecerla para darse cuenta aunque, una vez contraída, bien valen estas consideraciones.
La enfermedad te transporta a un mundo autorreferencial en el que lo único que importa es el dolor o su ausencia. Pero, a la vez, exacerba la sensibilidad frente a lo de fuera, lo ajeno al cuerpo, permitiéndonos vislumbrar, en cierto modo, la belleza.
ResponderEliminarDepende de qué tipo de enfermedad se trate, lector, no sea ingenuo.
ResponderEliminarLa belleza se puede vislumbrar mucho mejor con buena salud si se sabe mirar, así que, hay que curar la enfermedad o evitarla, sacando ganas de las entrañas, de las tripas; no hay que esperar a padecerla para darse cuenta aunque, una vez contraída, bien valen estas consideraciones.
Saludos