Foto: Ana Santos Payán |
Para Pedro, Ángel y Teresa
El petirrojo
come nueces y almendras
en mi ventana.
Un carpintero
talla con maestría
nuestras mañanas.
Vuelan haikús
buscando senderuelas
en Capileira.
sobre el aleteo azul
de un herrerillo.
Canta la acequia
enmudeciendo el silbo
de un carbonero.
No me dan pena
los pajaritos fritos
sobre la mesa.
No entiende el haikú
aquel que ignora el frágil
sueño del mirlo.
el vuelo breve
ResponderEliminarel vuelo
vuelo
Ahora estoy llena de plumas. Qué bello, cuánto.
ResponderEliminar" No me dan pena
ResponderEliminarlos pajaritos fritos
sobre la mesa."
Caminaba por el pueblo de niña, encontré un pajarito pequeñito temblando, lo metí en el bolsillo y fui a buscar a papá al bar; cuando llegué estaban comiendo pajaritos fritos, me ofrecieron uno y me supo riquísimo, con la mano le dije al mío que él era otra cosa, el no era un pajarito frito.
Ánimo