no perturbes el juicio
de los mortales
en tus labios,
corazón epicentro.
Como símbolos funestos
os alzáis victoriosas en el sueño.
Como notas discordantes,
cerráis el camino al dulce silencio.
Dime, si puedes,
qué tipo de estructura
soporta tu ira.
No te sorprendas,
todos somos los otros:
esa es la lucha
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